29 noviembre 2010

Encargo


Este año va todo el mundo a Montreuil menos yo, que ya le he encargado a Berta si puede traerme esta colección de vestidos de Emmanuelle Houdart (ed. Thierry Magnier). Mmmmm...

26 noviembre 2010

Semillas

Sin embargo, las historias eran diferentes: cobraban vida al contarlas. Sin una voz humana que las leyera en voz alta o un par de ojos bien abiertos que las siguieran a la luz de una linterna bajo la manta, no tenían una existencia real en nuestro mundo. Eran como semillas en el pico de un pájaro, esperando caer en la tierra, o como las notas de una canción escrita en una partitura, deseando que un instrumento las convirtiese en música. Yacían dormidas, a la espera de una oportunidad para despertarse. Cuando una persona empezaba a leerlas, podían empezar a cambiar, podían echar raíces en la imaginación y transformar al lector. La madre de David le susurraba al oído que las historias querían que alguien las leyese, que lo necesitaban, porque era lo que las hacía salir de su mundo para entrar en el nuestro: querían que les diésemos vida.

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... y qué vida tan intensa. John Connolly hace en El libro de las cosas perdidas lo que otros muchos antes que él (y otros tantos después): coger las historias tradicionales para reescribirlas, reinterpretarlas, reinventarlas. Y no sé si los niños disfrutarán con estas nuevas versiones, pero yo... yo estoy disfrutando de lo lindo con estas historias oscuras, densas, macabras... en las que no todo se dice... ni falta que hace.

24 noviembre 2010

Ad infinitum

22 noviembre 2010

Roberto... il piu grande.

[En el centro de la imagen, Roberto Innocenti, en la biblioteca Xavier Benguerel de Barcelona.]

Si no conocen a
Roberto Innocenti, quizá ahora sea el momento de poner remedio. El lunes pasado se conjuraron unos cuantos astros para hacer posible su paso por Barcelona. Qué gozo ver una sala de actos llena a rebosar, incluso con gente sentada en el suelo, en tiempos en los que las actividades culturales en las bibliotecas públicas se quedan, en más de una ocasión, bastante lejos de la asistencia deseada. Y es que cuando se organiza bien, y a pesar de la improvisación (no era una actividad planeada a meses vista, como suele suceder - lo cual viene a demostrar que no hay que tener miedo al riesgo cuando la visita lo merece), nadie puede negar que el resultado vale la pena. Dos horas largas de charla entre Ignasi Blanch y Roberto Innocenti. Una charla que empezó con la lectura en italiano de Rosa Blanca y terminó con algunas preguntas de un público entregadísimo al que le costó dejar de aplaudir. Y es que Innocenti es al mundo de la LIJ lo que - y el paralelismo no es mío - Lou Reed se podría considerar que es al rock clásico. Lo que nos contara Roberto... en realidad no era importante. Estoy segura que el público no esperaba desentrañar los secretos que esconde el maestro. La mayoría de nosotros queríamos arropar a uno de los grandes y sentir que, al final, lo conocíamos, a él y a su obra, un poquitín mejor.

La biblioteca Xavier Benguerel lleva años albergando el
Servicio de Documentación de Literatura Infantil y Juvenil, pero fue a raíz del Somiari del año pasado (con la presencia, entre otros, de Javier Sáez Castán), y de este encuentro con Innocenti, que parece empezar a florecer. Estoy segura de que todos los que estábamos allí el pasado lunes esperamos que sigan ofreciendo oportunidades de encuentro con autores e ilustradores de tan reconocido prestigio.

PS: Salgan a la calle y busquen, ya, dos libros: La casa y La comarca fèrtil/El último refugio. Otros escogerían otras, pero estas son las mías.

21 noviembre 2010

Nada más que hacer

... y cuando tengo mil cosas por hacer, a veces también me olvido de todo y, simplemente, leo.

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No pretendía que el tomármelo con más calma acabara siendo una ausencia tan prolongada (y que todavía no ha terminado), pero así son las cosas...