28 febrero 2007

Troballes (II)

Ya cuando redacté aquella entrada, sabía que no sería algo puntual. Siempre aparecen cosas entre los libros. Pero lo que no esperaba es que fuera algo más que eso. Por supuesto, seguí encontrándome con los objetos (y no solo de papel) más inverosímiles entre las páginas de los libros, sino que además varias personas que se enteraron de mi incipiente colección de "troballes" muy amablemente donaron las suyas propias para que las incorporara a mi archivo. Claro... no todo el mundo tiene la misma tendencia que yo a acumular "porquerías" en casa, como dirían varios miembros de mi familia... Así que esta entrada tiene que darle las gracias a todas aquellas personas que, incluso a través de terceros, me han hecho llegar sus pequeños tesoros, rescatados del olvido la mayoría de las veces por el más puro azar.

Igual que la vez anterior, la galería de hoy consta
de seis objetos de valor incalculable... cada uno escondido detrás de una de las anteriores palabras... Encontrarán imágenes que uno imagina submarinas, recomendaciones de las manos que pasaron las mismas páginas que nosotros sostenemos ahora, utensilios dignos del análisis de un miembro de la policía científica, puntos de libro que, más que improvisados, parecen muy premeditados (¿quién lleva una baraja de cartas a mano cuando necesita marcar en qué punto se ha quedado la lectura?), etcétera...

Disfruten de los hallazgos (no solo míos, como ya dije), compartan los suyos con el resto de navegantes que recalan en este blog de vez en cuando y... ni que decir tiene que cualquier persona interesada en hacer una donación a esta colección (a la que hoy mismo he de añadir el más reciente encuentro, que dejo para la próxima ocasión) será bienvenida - e incluso recompensada... ¿quién sabe?

27 febrero 2007

Novedades (febrero 2007)

Nada mejor que acabar el mes con una nueva remesa de libros recién llegados a la biblioteca. Todavía están en sus respectivas cajas, pero ya sé que estos se vendrán, tarde o temprano, a pasar una temporada a mi mesita de noche :-)

- 1001 libros que hay que leer antes de morir (para echarme las manos a la cabeza con toooodo lo que me falta por leer) [La lista de la versión inglesa del libro, se puede consultar
aquí; cabe decir que es ligeramente diferente de la versión española, en la que han incluído a autores patrios. Estaría bien analizar los cambios de una a otra versión. ¿Alguien se anima?]
-
El Gran libro de los mapas (para valorar si es un posible regalo de Sant Jordi o no...)
- Un montón de cómics:
Fresa y chocolate (de Aurélia Aurita), Período glaciar (de Nicolas de Crécy), Lo que de verdad cuenta - tercera entrega de Los combates cotidianos (de Manu Larcenet), Estafados (de Alex Robinson, más que segura adquisición del Salón del cómic de este año, sobre todo teniendo en cuenta de que estará firmando - YUPI!) y el segundo volumen en color de las aventuras de Bone (de Jeff Smith) que se titula Carrera de vacas.
- Algún álbum infantil, como Semillas de cabañas, de Philippe Lechermeier, que no es el Princesas olvidadas o desconocidas, pero casi.
- Y las novelas...
Kafka en la orilla, de Haruki Murakami (para cuando me haya leído Al sur de la frontera, al oeste del sol) y Sobre la belleza, de Zadie Smith (para cuando me haya leído El cazador de autógrafos y Dientes blancos). ¡Paciencia, que algún día llegará vuestro turno!

26 febrero 2007

Misterios...

"Muchos adultos agradecen con el mismo o mayor entusiasmo que los niños que les ofrezcamos un buen álbum. Libros como Zoom, o Los misterios del señor Burdick ¿son para adultos o para niños? Creo que una de las virtudes es que son para ambos solos y para que ambos compartan."

Daniel Goldin (Editor del Fondo de Cultura Económica de México)

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LOS MISTERIOS DEL SEÑOR BURDICK
- INTRODUCCIÓN -

La primera vez que vi los dibujos de este libro fue hace un año, en la casa de un hombre llamado Peter Wenders. Aunque el señor Wenders ahora está jubilado, en otro tiempo trabajó para un editor de libros para niños, seleccionando las historias y las imágenes que luego se convertirían en libros.

Hace treinta años llegó un señor a la oficina de Peter Wenders, presentándose con el nombre de Harris Burdick. El señor Burdick le contó que había escrito catorce cuentos y dibujado muchas ilustraciones para cada uno de ellos. Había llevado un solo dibujo de cada cuento, para ver si a Wenders le gustaba su trabajo.


Peter Wenders quedó fascinado con las ilustraciones. Dijo a Burdick que le gustaría leer los cuentos lo antes posible. El artista quedó en llevárselos al día siguiente por la mañana y dejó los catorce dibujoso con Wenders. Sin embargo, no regresó al día siguiente ni el día después de ése. Nunca más se volvió a oír de Harris Burdick. A lo largo de los años, Wenders trató de averiguar quién era Burdick y qué le había sucedido, pero no pudo descubrir nada. Hasta la fecha, Harris Burdick sigue siendo un misterio absoluto.

Su desaparición no es el único misterio que dejó. ¿Qué historias acompañaban estos dibujos? Hay algunas pistas. Burdick había escrito un título y un epígrafe para cada ilustración. Cuando le comenté a Peter Wenders cuán difícil era mirar las imágenes y sus epígrafes sin imaginar un cuento, él sonrió y salió de la habitación. Regresó con una caja de cartón cubierta de polvo. Contenía docenas de historias; todas inspiradas por los dibujos de Burdick. Habían sido escritas hacía años por los hijos de Wenders y sus amigos.

Pasé el resto de mi visita leyendo estas historias. Eran notables, algunas extravagantes, otras divertidas y algunas francamente espeluznantes. Con la esperanza de que otros niños sean nuevamente inspirados por los dibujos de Burdick, los reproducimos aquí por primera vez.

Chris van Allsburg
Providence, Rhode Island


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LA BIBLIOTECA DEL SEÑOR LINDEN
[uno de los misterios del señor Burdick]


Él la había prevenido sobre el libro.
Ahora era demasiado tarde.

23 febrero 2007

Paraísos

Pero la mayor sorpresa me aguardaba en la última estancia que visité: la biblioteca. Era tan grande como el salón, pero los único muebles que allí había eran un escritorio, una silla y un sillón de lectura. Tres de las cuatro paredes estaban cubiertas hasta el techo por una inmensa librería de cerezo, en cuyos estantes descansaban miles y miles de polvorientos libros antiguos. En la cuarta pared había un mirador de madera y cristales coloreados, una chimenea y un montón de cuadros, esta vez, todos ellos retratos. (Las Lágrimas de Shiva, de César Mallorquí. Mi lectura a día de hoy).

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Se volvió hacia el anaquel que quedaba más cerca, rozando con un índice extendido los lomos de los libros. Sólo entonces reparé en la biblioteca. Todas las paredes forradas de volúmenes, miles de ellos. Junto a la puerta, un atril de pie sobre el que descansaba un tomo grande, encuadernado en piel, de pastas gastadas y letras plateadas en el lomo. Pensé que estaría ahí esperando a ser devuelto a su lugar. En el centro de la estancia, una mesa cuya superficie los papeles y libros no dejaban ver ni un centímetro, una lámapra y un sillón de orejas. Nunca había pisado un lugar como aquel. (El Anillo de Irina, de Care Santos. Mi lectura inmediatamente anterior).

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Es curioso cuando escoges dos libros para leer consecutivamente, uno después de otro, sin más motivo que, en este caso, mi apetencia por leer algo más de estos dos autores cuyos blogs visito asiduamente, y te encuentras con dos historias con tantas cosas en común... En este caso, por puro azar, han caído en mis manos dos novelas que destilan amor por los libros, la literatura y las buenas historias. ¡Qué suerte la mía!

22 febrero 2007

Epitafios


Aquí yace el cuerpo de B. Franklin, Impresor. Como las tapas de un libro viejo, su contenido arrancado y despojado de sus títulos y adornos. Mas la obra no se perderá; pues como creyó, aparecerá de nuevo en una edición nueva y más elegante, corregida y mejorada por el Autor.

[Epitafio que Benjamin Franklin escribió para sí mismo en 1728 (cuando contaba con apenas 22 años y faltaban todavía 62 para que falleciera). La traducción es de Emilio Pascual, y aparece en la sección "Bibliotecas Imaginarias" de la revista CLIJ (número 199). En realidad, en la lápida de Ben Franklin, que podéis ver en la foto, solo pone "Benjamin y Deborah Franklin".]

21 febrero 2007

Rumorología literaria

Si no lo han hecho ya, les recomiendo que echen un vistazo al curioso reportaje (más un divertimento que otra cosa) sobre leyendas urbanas literarias, que publicaba la revista Qué leer en el número del pasado mes de enero. Puñetazos, meteduras de pata, cartas de despedida, encuentros y desencuentros, libros escondidos, otros bendecidos por extraños ritos... en fin, toda una colección de rumores (unos más verosímiles que otros) para pasar el rato. El reportaje está disponible en la web de la revista (aquí, concretamente), aunque no sé si durante mucho tiempo.

De todos los relatos incluídos en este pequeño compendio, rescato para ustedes el de Vila-Matas, con la ilustración de Juanjo Sáez que la acompaña.

DIABÓLICO VILA-MATAS

Cuentan que en cierta ocasión, por supuesto de madrugada, Enrique Vila-Matas se subió a un taxi y, antes que ninguna otra palabra, dijo al conductor:
- Usted no lo sabe, pero yo soy el diablo.
Entonces el taxista, mirándolo por el retrovisor le respondió:
- Ya lo sé, señor Vila-Matas, ya lo sé.

20 febrero 2007

Me encanta...


...cuando le pido a mamá
que me lea el mismo cuento
cada día, durante una semana
y escondo el libro y le digo:
“¿A que no eres capaz de
contármelo?”. Y ella nunca
se acuerda de cómo empieza,
entonces yo le ayudo, porque
me lo sé de memoria,
de principio a fin.

(de Me encanta, de Brigitte Minne/Natali Fortier... una delicia de libro sobre los pequeños placeres de la vida vistos con ojos de niña.)

19 febrero 2007

Una casa

"Leer es como recorrer una casa con muchas habitaciones. Unas llevan a las otras y ésas a algunas más lejanas, pero todas están comunicadas entre sí. Leer es aprender a recorrer esa casa enorme, a no extraviarse en ella, a saber en qué habitaciones nos gustaría permanecer largo rato, en cuáles no queremos entrar o de cuáles haremos nuestra propia casa durante una temporada."

[de El anillo de Irina, de Care Santos.]

16 febrero 2007

x 3

Es necesario leer para entender el enrevesado mundo de nuestros sentimientos, como nos reclama la conducta afectiva. Es necesario leer para comprender las complejidades de la realidad, como nos demanda la conducta exploratoria. Y, por último, es necesario leer para dar rienda suelta a nuestro bagaje fabulador, que es, ¡oh, sorpresa!, otro equipaje imprescindible de supervivencia. La conciencia constante y plena de nuestra situación vital nos haría insoportable la vida. De acuerdo con Eugene O’Neill: “Todo mortal necesita defenderse mediante ficciones”.
Y sólo leyendo nos damos cuenta de que estas tres conductas, como si fueran el misterio de la Santísima Trinidad, conviven, inseparables, en la urdimbre de ese todo complejo que llamamos Yo.

[Paco Abril, en el número 198 (noviembre 2006) de la revista CLIJ.]

15 febrero 2007

En la torre


La ilustración es de Alberto Urdiales, con el motivo del día de la biblioteca de hace unos años (del 2001, si no me equivoco). Aquí, tenemos un cartel con esta ilustración bien grande justo debajo de la fotocopiadora, así que cada vez que voy a hacer fotocopias me encanto mirándola... Me dijo Alberto que hicieron una maqueta de tres metros de altura para una exposición en el Círculo de Bellas Artes que acabó en la basura porque ninguna biblioteca quiso hacerse cargo de ella. Si me hubiera enterado antes...

14 febrero 2007

Unas cuantas historias de amor...

- Enamorados, de Rébecca Dautremer.
- Zoa, una misteriosa historia de amor, de Pep Albanell.
- Jack Frusciante ha dejado el grupo, de Enricco Brizzi.
- Las desventuras del joven Werther, de Johann Wolfgang von Goethe.
- El diablo en el cuerpo, de Raymond Radiguet.
- La voz a ti debida, de Pedro Salinas.
- Seda, de Alessandro Baricco.
- El amante, de Marguerite Duras.
- Shangai Baby, de Wei Hui.
- El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez.
- El apicultor, de Maxence Fermine
- El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy.
- Del amor, de Alain de Botton.
- Escrito en el cuerpo, de Jeanette Winterson.


Dejen las suyas en los comentarios :-)

PS: La imagen es un detalle de la portada del libro de Alain de Botton. Pueden leer el primer párrafo aquí.

13 febrero 2007

De vuelta

Hace exactamente quince días, estaba redactando una entrada para explicaros a todos que me marchaba durante un par de semanas para poner en marcha un blog colectivo donde coleccionar principios de libros.

Hoy, exactamente quince días después, vuelvo a sentarme delante del ordenador para cumplir con la promesa de volver (aunque de hecho nunca me marchara). Y vuelvo con más noticias sobre Coleccionando principios.

Quince días después, con unas cuantas canas más (las prisas, las emociones, y toda la energía puesta en que esto salga bien), la buena nueva es que coleccionando principios crece. Crece, y su casa se le queda pequeña. Y como de momento en la vida cibernética no hay tantos problemas de vivienda como en la vida real, nos mudamos a un apartamento más grande, más bonito y, por seguir con la metáfora, con “muchas posibilidades”.

Sería demasiado largo de explicar, pero digamos que me he topado con dos ángeles de la guarda que se han encariñado tanto (o más) que yo en el proyecto, y que me hicieron una propuesta imposible de rechazar. Así que ahora, en vez de una neurona detrás de todo esto, hay tres... sin contar con que en estos quince días se han apuntado más de treinta personas a aportar su granito de arena a esta colección colectiva de principios librosféricos. Y el número y las aportaciones, a cuál más interesante, sigue creciendo poco a poco. Y lo seguirá haciendo, siempre que haya gente con ganas de participar.

Ciñéndonos a los aspectos prácticos, el post anterior ha quedado un tanto obsoleto. Lo he actualizado con un enlace a esta entrada, para que los que a su vez enlazásteis con la primera llamada no tengáis que volver a editar vuestros enlaces.

Seguimos aceptando coleccionistas. Tan solo tenéis que daros de alta en esta dirección, y leer la información que encontraréis en breve en el blog (ya estamos en ello).

Así pues, en lo que a mí respecta, aquí seguimos. ¿Están todos ahí? Mañana es San Valentín, así que vayan pensando en sus historias de amor favoritas. Por aquí dejaré una lista de las mías. La romántica empedernida que hay en mí espera sus sugerencias.